viernes, 31 de agosto de 2012

¿Coincidencia? ¡No lo creo!







Cito a "Los Increíbles" para contar de unas pequeñas coincidencias que me han recordado últimamente a alguien que se encuentra muy lejos. 

A veces siento que sí, que el mundo es un pañuelo. 

Pues el hecho está en dos cosas:

1. Mirar el google doodle de hoy.

2. Un video youtubeano (¿?) de un canal al que estoy suscrita (...)  *no pregunten el porqué * jaja

 Interesantes los contrastes.

...

Bueno, simplemente me pareció chistosa la coincidencia. 

xD

Aquí el video:


 

jueves, 26 de julio de 2012

Entrada dedicada a un mapache nómada.

“No se viven historias sin canciones ni se llenan papeles sin razones.”

Siempre que viajo (o al menos desde hace algún tiempo), procuro llevar 3 cosas conmigo que me recuerden a casa. Una se rompió en el último viaje, extraña metáfora de algo que aún no sucede. Otra la tengo desde muchos años atrás y con el tiempo ha ido ganando múltiples significados. La última cosa, desde el momento en que la recibí, ha sido un símbolo extraño, pero duradero, de una historia inconclusa.
Cuando miro alguna de ellas, independientemente de dónde me encuentre, me traen de vuelta a mi hogar, al verdadero, al intangible.

"Pero estaré por ahí recordando…

No el que tiene un 95 en la entrada.

…que al fin y al cabo es lo que nos queda por vivir soñando."

No termino de comprender las despedidas. Sé que hay momentos con sabor a ellas que no lo son. Espero estar en lo correcto y que éste sea uno de esos momentos.

Escribo aquí, con la esperanza de que un día no muy ocupado, cierto mapache logre ver mi saludo.
Porque escribir por aquí es costumbre no usada.
Porque te quiero y estoy segura de que te extrañaré, porque espero que te vaya muy bien y que te acuerdes
...
de traerme una roca. Jaja 

“Debe ser tradición del circo.”

Como siempre,
te quiero.

sábado, 28 de enero de 2012

Paseando por ahí, me descubrí aquí.

Y sin embargo no hay nada que decir. Me siento perdida, eso es todo. Hace ya un tiempo que empecé a callar. Callando me he perdido, aunque callando, siempre callando he vivido. Tal vez eso debo hacer, silenciar mi mente para poder escuchar...o hablar para no oír más al endemoniado silencio. No quisiera seguir así, me invento cada día un motivo, pero el motivo infitito no llega ¿es que acaso llegará algún día? Escribir en acertijos esperando entenderme. No funciona. ¡Funciona ya, maldita sea! La furia nunca explica bien el porqué, sólo llega justo antes del silencio, y luego, el llanto. El llanto ficticio, pues no hay razón para sufrir. Mis palabras no tienen sentido, sólo quería hablar un poco. Y al final de cuentas, ¿por qué todo necesita un sentido? de todas maneras sigo con un signo de interrogación en mi cerebro.